La septuagésima edición de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles volvió a demostrar anoche por qué esta cita, declarada "De Interés Turístico Nacional", es uno de los grandes hitos del calendario cultural y enológico de Andalucía. En un escenario cargado de simbolismo —el Patio de La Marquesina de Bodegas Pérez Barquero—, la localidad rindió homenaje a una de las figuras más relevantes del ámbito económico y cultural de la comunidad: el economista castreño Antonio Pulido Gutiérrez, presidente de la Fundación Cajasol que, en esta ocasión, ejerció como pregonero y como Capataz de Honor.
El acto, seguido por centenares de personas —entre las que se encontraban el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre; el presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes; y la alcaldesa de Moriles, Francisca Carmona, entre otras autoridades—, volvió a estar marcado por la solemnidad del protocolo que abrió una programación festiva que marida memoria, identidad y presente y que, cada año, recuerda la importancia que tiene la vid y el vino para la vida de esta comarca.
Como viene siendo tradicional, el acto, conducido por Carmina Leiva, arrancó con la proclamación de los Vendimiadores Mayores. De este modo, Inmaculada Jiménez Rodríguez y Manuel Cardeñosa Carmona, presentados por la Asociación de Vecinos “El Centro”, recibieron sus bandas acreditativas, junto al resto de parejas que conforman la Corte de Damas y Caballeros.
La primera de ellas, María Carmona Gil y Gonzalo Ortiz Urbano, llegó de la mano de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas. Después se sumaron Laura Pino Aguilar y Rafael Hidalgo Contreras, en representación de la Asociación de Vecinos “Gran Capitán”; seguidos por Carmen María Gómez Córdoba y Patricio Gómez García, presentados por la Asociación de Vecinos “La Silera”. Cerraron el cortejo Victoria Cantillo Raigón y Manuel Cantillo Algaba, en nombre de la Asociación de Vecinos “Cerrillo San José”.
La proclamación de Miguel Sánchez Luque como Capataz de Bodega y de Antonio Calzado Sebastianes como Capataz de Campo completó la primera parte de la ceremonia. Estos nombramientos, cargados de simbolismo, rinden tributo a quienes representan el conocimiento transmitido de generación en generación en el cultivo de la vid y la elaboración de los vinos de la zona Montilla-Moriles.
El periodista y comunicador Jesús Vigorra, voz reconocida de Canal Sur Radio y Televisión, fue el encargado de presentar a Antonio Pulido, destacando su trayectoria y su compromiso con Andalucía. Vigorra subrayó no solo la relevancia profesional del presidente de la Fundación Cajasol, sino también la hondura de sus raíces familiares y su vinculación personal con este territorio.
Tras la emotiva presentación, Antonio Pulido no solo se limitó a evocar recuerdos personales, sino que también lanzó un mensaje de futuro para el sector vitivinícola, reivindicando su papel como motor económico, cultural y social en la Campiña Sur Cordobesa.
De este modo, el pregonero se definió desde tres ejes vitales: la economía, la cultura y la memoria personal. En su discurso, Antonio Pulido evocó los recuerdos de su niñez en Castro del Río, al tiempo que reivindicó la importancia del viñedo en la construcción de la identidad de toda la comarca.
“En Montilla-Moriles, en todos los municipios que conforman esta Denominación de Origen, la vid ha configurado la vida: de las personas, por supuesto, pero también del territorio, de la economía, del trabajo, de la cultura, de la identidad y de la memoria”, afirmó.
“El vino, las vides, las bodegas forman parte de mi vida, de nuestra vida, desde que vimos las primeras luces de nuestra Córdoba. Me encuentro en mi tierra, la que me vio nacer a mí, a mis padres y a generaciones que nos precedieron. Junto a la familia, la tierra representa el vínculo más poderoso de un ser humano”, confesó el pregonero, sin ocultar su emoción.
A su vez, consciente de los retos que afronta el sector, Antonio Pulido apeló a la innovación como herramienta imprescindible. “Considero que la tradición puede servirnos como palanca, como pértiga para impulsar la innovación, absolutamente imprescindible en un mundo en permanente y a menudo vertiginoso proceso de cambio”.
El capataz de honor de la LXX Fiesta de la Vendimia también se refirió a los contratiempos derivados del mildiu que han afectado a la cosecha de este año. “Una conjunción de circunstancias climatológicas —que cada vez van a estar más presentes en todos los ámbitos de nuestra vida— puede dar lugar, como ha ocurrido en esta cosecha, a contratiempos tan serios como ha sido el de la enfermedad de mildiu, que ha reducido este año sustancialmente la producción”.
En un tono más cercano y emotivo, Antonio Pulido recordó escenas de su niñez y la figura de su padre, quien lo mandaba a cortar uva cuando era apenas un chaval. También evocó el papel de las tabernas cordobesas como lugares de encuentro social y cultural.
“La taberna presta al vino el espacio que nuestro vino necesita para animar la tertulia, propiciar el conocimiento entre las personas, también el afecto y el intercambio de opiniones que, alguna vez, todo hay que decirlo, termina en sonoro jaleo”, defendió.
El broche final del pregón llegó con una defensa apasionada de los vinos de la zona. “Al ser elegido capataz de honor, ese grandísimo poeta cordobés, Pablo García Baena, aseguró que venía a defender ‘el mejor vino del mundo’. Esa es, señoras y señores, la verdad: el de nuestra tierra, el de Montilla-Moriles, el de nuestros pueblos, nuestras vides, nuestras uvas, nuestras barricas y el de nuestra gente es el mejor vino del mundo”, sentenció.
Por su parte, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, intervino para agradecer públicamente la implicación del pregonero y subrayar el sentido de esta celebración. “La Fiesta de la Vendimia rinde el más merecido homenaje y agradecimiento a todas esas personas que, con su trabajo en las viñas, en los lagares y en las bodegas, hacen posible lo que hoy estamos celebrando”.
La jornada de hoy se presenta intensa, con actividades deportivas y culturales que completan el programa oficial. Durante la mañana se celebrará el Triatlón de Menores “Ciudad de Montilla”, mientras que la Pista Hípica Municipal, ubicada en el Polígono Industrial Llanos de Jarata, acogerá un espectáculo ecuestre de obstáculos organizado por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo, en colaboración con la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Montilla.
Con todo, será por la tarde-noche cuando tenga lugar uno de los actos más simbólicos de toda la fiesta: la pisa de la uva y la ofrenda del primer mosto a la Virgen de las Viñas, tras la tradicional Misa Flamenca y la procesión que, por cuarto año consecutivo, contará con el acompañamiento de la Banda de Música “Pascual Marquina”. Este ritual en la Plaza de La Merced, que simboliza el inicio de la nueva campaña, conecta de manera directa el pasado y el presente de una tierra que ha hecho del vino una seña de identidad.

El acto, seguido por centenares de personas —entre las que se encontraban el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre; el presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes; y la alcaldesa de Moriles, Francisca Carmona, entre otras autoridades—, volvió a estar marcado por la solemnidad del protocolo que abrió una programación festiva que marida memoria, identidad y presente y que, cada año, recuerda la importancia que tiene la vid y el vino para la vida de esta comarca.
Como viene siendo tradicional, el acto, conducido por Carmina Leiva, arrancó con la proclamación de los Vendimiadores Mayores. De este modo, Inmaculada Jiménez Rodríguez y Manuel Cardeñosa Carmona, presentados por la Asociación de Vecinos “El Centro”, recibieron sus bandas acreditativas, junto al resto de parejas que conforman la Corte de Damas y Caballeros.

La primera de ellas, María Carmona Gil y Gonzalo Ortiz Urbano, llegó de la mano de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas. Después se sumaron Laura Pino Aguilar y Rafael Hidalgo Contreras, en representación de la Asociación de Vecinos “Gran Capitán”; seguidos por Carmen María Gómez Córdoba y Patricio Gómez García, presentados por la Asociación de Vecinos “La Silera”. Cerraron el cortejo Victoria Cantillo Raigón y Manuel Cantillo Algaba, en nombre de la Asociación de Vecinos “Cerrillo San José”.
La proclamación de Miguel Sánchez Luque como Capataz de Bodega y de Antonio Calzado Sebastianes como Capataz de Campo completó la primera parte de la ceremonia. Estos nombramientos, cargados de simbolismo, rinden tributo a quienes representan el conocimiento transmitido de generación en generación en el cultivo de la vid y la elaboración de los vinos de la zona Montilla-Moriles.

El periodista y comunicador Jesús Vigorra, voz reconocida de Canal Sur Radio y Televisión, fue el encargado de presentar a Antonio Pulido, destacando su trayectoria y su compromiso con Andalucía. Vigorra subrayó no solo la relevancia profesional del presidente de la Fundación Cajasol, sino también la hondura de sus raíces familiares y su vinculación personal con este territorio.
Tras la emotiva presentación, Antonio Pulido no solo se limitó a evocar recuerdos personales, sino que también lanzó un mensaje de futuro para el sector vitivinícola, reivindicando su papel como motor económico, cultural y social en la Campiña Sur Cordobesa.

De este modo, el pregonero se definió desde tres ejes vitales: la economía, la cultura y la memoria personal. En su discurso, Antonio Pulido evocó los recuerdos de su niñez en Castro del Río, al tiempo que reivindicó la importancia del viñedo en la construcción de la identidad de toda la comarca.
“En Montilla-Moriles, en todos los municipios que conforman esta Denominación de Origen, la vid ha configurado la vida: de las personas, por supuesto, pero también del territorio, de la economía, del trabajo, de la cultura, de la identidad y de la memoria”, afirmó.

“El vino, las vides, las bodegas forman parte de mi vida, de nuestra vida, desde que vimos las primeras luces de nuestra Córdoba. Me encuentro en mi tierra, la que me vio nacer a mí, a mis padres y a generaciones que nos precedieron. Junto a la familia, la tierra representa el vínculo más poderoso de un ser humano”, confesó el pregonero, sin ocultar su emoción.
A su vez, consciente de los retos que afronta el sector, Antonio Pulido apeló a la innovación como herramienta imprescindible. “Considero que la tradición puede servirnos como palanca, como pértiga para impulsar la innovación, absolutamente imprescindible en un mundo en permanente y a menudo vertiginoso proceso de cambio”.

El capataz de honor de la LXX Fiesta de la Vendimia también se refirió a los contratiempos derivados del mildiu que han afectado a la cosecha de este año. “Una conjunción de circunstancias climatológicas —que cada vez van a estar más presentes en todos los ámbitos de nuestra vida— puede dar lugar, como ha ocurrido en esta cosecha, a contratiempos tan serios como ha sido el de la enfermedad de mildiu, que ha reducido este año sustancialmente la producción”.
En un tono más cercano y emotivo, Antonio Pulido recordó escenas de su niñez y la figura de su padre, quien lo mandaba a cortar uva cuando era apenas un chaval. También evocó el papel de las tabernas cordobesas como lugares de encuentro social y cultural.

“La taberna presta al vino el espacio que nuestro vino necesita para animar la tertulia, propiciar el conocimiento entre las personas, también el afecto y el intercambio de opiniones que, alguna vez, todo hay que decirlo, termina en sonoro jaleo”, defendió.
El broche final del pregón llegó con una defensa apasionada de los vinos de la zona. “Al ser elegido capataz de honor, ese grandísimo poeta cordobés, Pablo García Baena, aseguró que venía a defender ‘el mejor vino del mundo’. Esa es, señoras y señores, la verdad: el de nuestra tierra, el de Montilla-Moriles, el de nuestros pueblos, nuestras vides, nuestras uvas, nuestras barricas y el de nuestra gente es el mejor vino del mundo”, sentenció.
Por su parte, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, intervino para agradecer públicamente la implicación del pregonero y subrayar el sentido de esta celebración. “La Fiesta de la Vendimia rinde el más merecido homenaje y agradecimiento a todas esas personas que, con su trabajo en las viñas, en los lagares y en las bodegas, hacen posible lo que hoy estamos celebrando”.

La procesión y la pisa de la uva centran hoy los actos
La jornada de hoy se presenta intensa, con actividades deportivas y culturales que completan el programa oficial. Durante la mañana se celebrará el Triatlón de Menores “Ciudad de Montilla”, mientras que la Pista Hípica Municipal, ubicada en el Polígono Industrial Llanos de Jarata, acogerá un espectáculo ecuestre de obstáculos organizado por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo, en colaboración con la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Montilla.
Con todo, será por la tarde-noche cuando tenga lugar uno de los actos más simbólicos de toda la fiesta: la pisa de la uva y la ofrenda del primer mosto a la Virgen de las Viñas, tras la tradicional Misa Flamenca y la procesión que, por cuarto año consecutivo, contará con el acompañamiento de la Banda de Música “Pascual Marquina”. Este ritual en la Plaza de La Merced, que simboliza el inicio de la nueva campaña, conecta de manera directa el pasado y el presente de una tierra que ha hecho del vino una seña de identidad.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR

