El Partido Socialista de Castro del Río reprochó ayer al alcalde del municipio, José Luis Caravaca, la construcción de un acerado de tan solo 80 centímetros de anchura en la calle Corredera, algo que "hará difícil su disfrute a personas con movilidad reducida y viandantes".
Las obras de la calle Corredera, iniciadas en octubre del año pasado, están incluidas en el PROFEA. Según el PSOE, se trata de "una de las calles que cobra mayor importancia durante la celebración de la Semana Santa puesto que en la misma se desarrolla el tradicional Cruce de Guiones el Viernes Santo".
Ha sido durante estos días, tras la reciente reapertura de los dos primeros tramos ya ejecutados, cuando los vecinos han criticado la instalación reciente de un contenedor soterrado que estrangula la calle pero sobre todo, que se construya un acerado nuevo tan estrecho que no cumpla con la legislación de movilidad y barreras arquitectónicas a pesar de las denuncias vecinales y las reclamaciones por parte de la oposición, que solicitó en un pleno extraordinario que se cumpliera con el proyecto y la legalidad respecto a movilidad urbana y accesibilidad.
De este modo, el pasado 17 de enero, Gonzalo Rivas Rubiales, director general de Personas con Discapacidad de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, se dirigió al Ayuntamiento de Castro del Río con motivo de la denuncia de un vecino por cómo estaban desarrollándose las obras de la calle.
En el escrito, Gonzalo Rivas remarcaba cómo se estaba estrechando el acerado, pasando de 1,70 a 1,33 metros de ancho, cosa que incumplía las normativas estatales y autonómicas en materia de accesibilidad en las vías públicas. Por ello, dado que se trataba de una obra de reforma, exigía que pasase a tener 1,80 metros de ancho, y puntualmente 1,50, en el caso de haber una farola, señal de tráfico, esquina u otro obstáculo.
A petición de la oposición se acordó en pleno extraordinario que, primero, se cumpliera con la normativa vigente y, segundo, se volviera al proyecto original, cosa ante la que Izquierda Unida y el alcalde, José Luís Caravaca, se abstuvieron, a pesar de haber sido un proyecto de su equipo de gobierno.
Las obras, que a día de hoy continúan, no sólo no han revertido el tamaño de las aceras a lo estipulado en el proyecto, sino que en algunos puntos el acerado ha pasado a tener 80 centímetros, lo que impide el giro, cruce o cambio de dirección de cualquier persona, independientemente de su modo de desplazamiento.
Según el portavoz del Partido Socialista, Antonio Criado, "el alcalde de Castro del Río no sólo está generando un problema a los vecinos y, especialmente, a las personas con movilidad reducida, sino que al incumplir el proyecto inicial pone en riesgo la financiación del PROFEA, lo que puede acarrear que haya que devolver el dinero invertido en la calle".
Además, acerca del desarrollo de las obras, constata que "la demanda ciudadana de un pueblo accesible no puede ser ignorada sistemáticamente, pues el arreglo de las deficiencias acarreará un nuevo coste superfluo y las barreras arquitectónicas un problema extraordinario".
Las obras de la calle Corredera, iniciadas en octubre del año pasado, están incluidas en el PROFEA. Según el PSOE, se trata de "una de las calles que cobra mayor importancia durante la celebración de la Semana Santa puesto que en la misma se desarrolla el tradicional Cruce de Guiones el Viernes Santo".
Ha sido durante estos días, tras la reciente reapertura de los dos primeros tramos ya ejecutados, cuando los vecinos han criticado la instalación reciente de un contenedor soterrado que estrangula la calle pero sobre todo, que se construya un acerado nuevo tan estrecho que no cumpla con la legislación de movilidad y barreras arquitectónicas a pesar de las denuncias vecinales y las reclamaciones por parte de la oposición, que solicitó en un pleno extraordinario que se cumpliera con el proyecto y la legalidad respecto a movilidad urbana y accesibilidad.
De este modo, el pasado 17 de enero, Gonzalo Rivas Rubiales, director general de Personas con Discapacidad de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, se dirigió al Ayuntamiento de Castro del Río con motivo de la denuncia de un vecino por cómo estaban desarrollándose las obras de la calle.
En el escrito, Gonzalo Rivas remarcaba cómo se estaba estrechando el acerado, pasando de 1,70 a 1,33 metros de ancho, cosa que incumplía las normativas estatales y autonómicas en materia de accesibilidad en las vías públicas. Por ello, dado que se trataba de una obra de reforma, exigía que pasase a tener 1,80 metros de ancho, y puntualmente 1,50, en el caso de haber una farola, señal de tráfico, esquina u otro obstáculo.
A petición de la oposición se acordó en pleno extraordinario que, primero, se cumpliera con la normativa vigente y, segundo, se volviera al proyecto original, cosa ante la que Izquierda Unida y el alcalde, José Luís Caravaca, se abstuvieron, a pesar de haber sido un proyecto de su equipo de gobierno.
Las obras, que a día de hoy continúan, no sólo no han revertido el tamaño de las aceras a lo estipulado en el proyecto, sino que en algunos puntos el acerado ha pasado a tener 80 centímetros, lo que impide el giro, cruce o cambio de dirección de cualquier persona, independientemente de su modo de desplazamiento.
Según el portavoz del Partido Socialista, Antonio Criado, "el alcalde de Castro del Río no sólo está generando un problema a los vecinos y, especialmente, a las personas con movilidad reducida, sino que al incumplir el proyecto inicial pone en riesgo la financiación del PROFEA, lo que puede acarrear que haya que devolver el dinero invertido en la calle".
Además, acerca del desarrollo de las obras, constata que "la demanda ciudadana de un pueblo accesible no puede ser ignorada sistemáticamente, pues el arreglo de las deficiencias acarreará un nuevo coste superfluo y las barreras arquitectónicas un problema extraordinario".
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
