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La Plataforma 'Por un aire limpio' convoca para el 1 de octubre una marcha de protesta hasta la orujera

La Plataforma 'Por un aire limpio', surgida el pasado mes de agosto ante las molestias que generan las emisiones de la orujera de El Tejar, ha previsto celebrar el próximo 1 de octubre una marcha hasta las instalaciones de la empresa, ubicadas entre los términos municipales de Espejo y Montilla, con el objetivo de exigir a la Junta de Andalucía una "revisión" del informe técnico que autorizó la actividad de la planta.


Con esta marcha, la primera de las movilizaciones planteadas por la Plataforma 'Por un aire limpio', se pretende visibilizar el malestar vecinal de las localidades del entorno que, según los portavoces de la entidad, "viven día tras día con una niebla densa de color oscuro y con un olor desagradable".

"Existe una gran preocupación sobre los efectos que estos humos pueden ocasionar en la salud de los ciudadanos, pero también en la economía de una comarca eminentemente agroindustrial, y con un gran peso del turismo", sostienen desde la plataforma.

La orujera, que el pasado año 2020 recibió el visto bueno de la Junta de Andalucía a través de un informe técnico que se mostraba favorable a la construcción de esta planta para el tratamiento integral de alperujo, ocupa una parcela de más de 255.000 metros cuadrados y está dotada de dos chimeneas de 35 metros de altura.

Según desveló entonces la Junta de Andalucía, la actividad fundamental de la cooperativa, que ha generado numerosas quejas vecinales desde su entrada en funcionamiento "por la afección paisajística y medioambiental que generan sus emisiones", visibles desde varios kilómetros a la redonda, es "la eliminación y valorización de los subproductos que genera la actividad agroindustrial, fundamentalmente el alperujo".

A finales del pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Montilla se mostró dispuesto a recabar toda la información disponible sobre esta orujera que, en palabras de Raquel Casado, teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente, desarrolla una "actividad necesaria" para dar respuesta al "problema grave" que representa la gestión de los orujos que generan las industrias agrícolas de la zona.


Con todo, el Ayuntamiento de Montilla ha solicitado a la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente que analice la "afección de esta actividad" en Montilla, así como un estudio de los niveles de emisiones "para garantizar que se cumplen todos los parámetros". De igual modo, el Consistorio solicitó al Ayuntamiento de Espejo que "verificara que se cumplía con todas las condiciones de licencia de actividad".

En este sentido, la edil montillana lamentó que en la información pública relacionada con esta empresa "se echa en falta un estudio de cómo afectan los olores y la contaminación atmosférica que genera en una localidad tan cercana como es Montilla".

Una actividad polémica

Las quejas vecinales surgidas a raíz de la puesta en marcha de la orujera El Tejar no es un caso aislado pues, en los últimos años, han sido varios los municipios que se han visto afectados por las emisiones que genera el secado del alperujo.

Uno de los ejemplos más recientes se registró en el municipio jiennense de Martos donde, tras años de iniciativas para reducir las molestias generadas por las emisiones, se apostó por el uso de electrofiltros húmedos, una tecnología puntera que permite compatibilizar la actividad de esta industria y el respeto y protección del medio ambiente.

"Uno de los problemas más difundidos, y a los que es más sensible la actividad industrial moderna, es la polución atmosférica", reconoce Vicenzo Bellini, ingeniero de Bellinieng, empresa referente en el uso de electrofiltros húmedos. No en vano, la firma –que cuenta en Montilla con la empresa Monpelec como sociedad colaboradora– actuó en las instalaciones de Martos y Mérida.


En este sentido, este ingeniero italiano asegura que la eficacia de depuración de este sistema de filtrado "es del orden del 99,99 por ciento para partículas de entorno a 0,01 micras, garantizando emisiones a opacidad cero". Una tecnología cuya instalación implica un proceso relativamente sencillo pues, gracias a la construcción modular del electrofiltro, su instalación no suele demorarse más de tres semanas, plazo al que se le suman dos semanas para las conexiones hidráulicas y eléctricas.

Así, según destaca Bellini, el uso de esta tecnología permite poner de nuevo en funcionamiento industrias que se encontraban paradas por las medidas impuestas por las Administraciones públicas por el considerable penacho, polvo y olores que se liberan al medio ambiente.

IRENE TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍAS: ANTONIO LUCENA / FRANCISCO SOLANO JIMÉNEZ (CEDIDAS)